La seguridad en el trabajo y, sobre todo, a nivel industrial es un tema de larga data que sigue dando de qué hablar. La invención de nuevas tecnologías y el uso o exposición a ciertas sustancias peligrosas ha desvelado la necesidad de proteger a quienes operan con ellas. Esto ha dado lugar a normativas internacionales que definen un vestuario para cada entorno laboral; este, muchas veces incluye botas de seguridad.
Y aunque muchas veces estos vestuarios no son los más cómodos, usarlos es menester y parte del comportamiento profesional. Aunque irónico, las botas de seguridad constituyen un buen ejemplo de que la seguridad no siempre va de la mano con la comodidad en el trabajo. Sin embargo, se puede ayudar a que su uso sea menos traumático y más apreciados. Como proveedores, explicamos cómo.
Las botas de seguridad constituyen uno de los inventos más aplaudidos en la industria del calzado y también en materia de derechos laborales. Su forma es fácil de diferenciar de los zapatos habituales aunque existen en modelos muy atractivos desde el punto de vista visual. Pero quizás lo que más las diferencia del resto es la famosa punta de acero que recubre los dedos de los pies.
La punta de acero protege contra una infinidad de lesiones que pueden ocurrir en entornos de trabajo industrial, artesanal y de casi cualquier tipo. Por ejemplo, puede evitar aplastamiento de los dedos de los pies por la caída de un objeto pesado o el paso inadvertido de una máquina pesada. También puede proteger el pie de sustancias peligrosas que penetrarían o destruirían un calzado convencional.
De igual forma, las botas de seguridad con punta de acero también pueden evitar lesiones por atrapamiento durante un accidente laboral. El contacto con elementos móviles de maquinarias o equipos sin protección aumenta estos riesgos; pero aun así, tener este tipo de calzado puede salvar la vida o las extremidades de un trabajador en casi cualquier entorno.
En pocas palabras, algo tan simple como usar un calzado adecuado puede evitar no solo las lesiones, sino sus consecuencias. Por ejemplo, cortes, inflamaciones, fracturas, amputaciones e incluso la muerte. He allí la importancia de usar las botas de seguridad siempre que corresponda. A pesar de ello, muchas personas prescinden de ellas porque les parecen muy incómodas.
Y puede que lo sean. Hablamos de un calzado, por lo general, más pesado que el que estamos acostumbrados a usar; esto implica un esfuerzo adicional de nuestro cuerpo y, en especial, de nuestras extremidades para desplazarnos. El material que recubre las botas de seguridad por dentro y por fuera suele ser más duro también, en señal de resistencia; así que puede causar ampollas a sus usuarios.
Pero la historia del uso de botas de seguridad no tiene por qué ser traumática siempre; aplicando un poco de ingenio e imaginación, pueden devolver la comodidad en el trabajo. Y si no, pues vale aplicar los consejos que presentamos a continuación. Como proveedores, conocemos muchas historias de incomodidad, pero estas se pueden solucionar con cambios simples.
Por ejemplo, usar calcetines adecuados. Si las botas de seguridad resultan muy rústicas, lo mejor es usar calcetines que compensen dicho problema. Podemos escoger un par de tela suave, pero resistente, para el o los días que sea necesario usarlas. También es importante que sean lo suficientemente altos para que no dejen piel expuesta a roce con el calzado.
A veces también pasa que la molestia no abarca todo el pie, sino que se centra en una región específica. Esto puede deberse a la forma de caminar, al tipo de calcetines (como las tobilleras) o a un defecto de diseño. En estos casos, puede ayudar colocar un vendaje en la zona afectada mientras se usan las botas de seguridad; así se puede evita el roce continuo y las ampollas derivadas de este.
Y aunque poco se habla de ello, el siguiente es un excelente consejo. Nos referimos al uso de plantillas blandas para hacer más cómodas las botas de seguridad. En lugar de erguirnos sobre una superficie quizás muy rígida, lo haremos sobre una acolchada y más amigable. La mejor parte es que podemos implementar cada uno de estos tips, e incluso otros no mencionados, sin sacrificar la protección que nos proporcionan.